22/07/2023

Un buen desayuno en el hotel Urban Jungle Hôtel Orleans, con cruasanes, por supuesto, para coger fuerza y no dirigimos a recoger las bicis al punto de encuentro que nos enviaron por email. Ahí quedan las maletas con la incertidumbre de si llegarán a su destino. El punto de recogida es una oficina de turismo, en la bonita Place du Martroi, con la estatua de Juana de Arco. Al fondo, unas grandes letras de compañero de este viaje, LOIRE.

Nos dan las explicaciones del material (cadenas, cascos, baterías, etc.) y nos hacemos las primeras fotos de inicio de ruta con las camisetas especialmente preparadas para esta ruta. Juana desde su caballo, nos da su aprobación y bendición para iniciar el camino.

Damos una pequeña vuelta por la ciudad, haciendo una parada para visitar la Catedral  Sainte-Croix, de allí nos dirigimos a nuestro primer contacto con el Loira. Nos quedamos con las ganas de pasear un poco más por sus calles, la idea era pasear la noche anterior, pero por el retraso del vuelo no fue posible.

Comenzamos el camino pegaditos al Loira, con buen tiempo. Esta primera etapa no tiene cosas especiales para visitar, simplemente pasear junto a las aguas del Loira disfrutando de su paisaje y los pequeños pueblos a lo largo del camino.

Antes de salir de Orleans, pensamos en comprar algo, siempre es bueno tener algún alimento y bebida por lo que pueda surgir. Además, nos han advertido que aquí las tiendas cierran pronto. Vemos la señal de un Carrefour local y nos acercamos, pero es un poco travieso y juega al escondite, en el track se verá que pasamos varias veces cerca de la puerta. Estaba en unos soportales y no le localizábamos.

El paseo por la ciudad, este pequeño contratiempo y el intento rodear el Château de Meung sur Loire son las pocas diferencia con el track oficial.

Al poco, cruzamos por el Puente de Europa al otro margen del río, que nos permite hacernos una idea real de la anchura del río, con las pequeñas islas que se forman en el centro.

El camino discurre pegado al río, libre de coches, a nuestra izquierda quedan campos de cultivo y pequeñas poblaciones, a la derecha, el Loira, que se oculta de vez en cuando por los árboles que pueblan sus orillas. Un mojón, con su correspondiente concha, y después un crucero, nos indica que para Compostela nos quedan 1604 km, por suerte, Nantes queda antes.

A unos 25 km, cerca de los Jardines de Roquelin, que en verano parecen estar secos, hay un puesto de comida. Paramos a tomar unas hamburguesas y pinchos morunos. Un lugar tranquilo, parece que la gente viene a disfrutar de la tranquilidad y frescor del río.

Justo en este punto, el camino vuelve  a cruzar al otro lado del río, por el puente Rue du Pont. Cruzando el puente tenemos las vistas del Château de Meung sur Loire, un pequeño castillo que vemos por fuera. Intentamos ir pegados a sus muros por verle desde otros ángulos, pero al darnos cuenta que nos aleja del track oficial retrocedemos  para recuperarlo. En el retroceso vemos un pequeño pasaje con un puentecillo muy chulo, un paseo cubierto por los árboles para ir a pie, bastante bonito por lo escondido que queda y por encontrarlo sin esperarlo.

Continuamos por el margen derecho hasta llegar a otro pequeño castillo, Château Dunois, en Beaugency. Hay una pequeña feria o lo que queda de ella, los crepes nos están tentando. Justo en frente al castillo hay un puente con el mismo nombre que el que cruzamos anteriormente, Rue du Pont, (no se rompen mucho la cabeza pensando nombres). Los ojos de este puente son muy bonitos, las pequeñas islas que se forman, las aves y el atardecer nos merecen unas cuantas fotos.

Nos adentramos en las calles que rodean el château. Unas calles estrechas, decoradas con flores. Llama la atención la Torre Reloj del siglo XI que es atravesada por una de sus calles a través del arco a sus pies. En la plaza vemos salir a los invitados de una curiosa celebración de boda.

Retomamos el camino por la ribera derecha, en un momento determinado el camino se alza por una pista a unos pocos metros sobre el río, desde la que se ven las chimeneas de lo que parece una central nuclear, aunque su estampa sorprende, no encaja con el paisaje.

Dejamos la central atrás y llegamos al último puente que cruzaremos hoy, el Pont de Muides sur Loire. A pocos metros queda nuestro hotel, Brame de Sologne.

En el hotel tienen un pequeño recinto cerca de los garajes para dejar las bicis. El sitio está chulo, con una terraza para cenar, menú único a base de quesos de la zona, ensalada, que acompañado de los vinos de la zona, son más que suficiente para marcar nuestro fin de aventura.

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